Y susurros al oído que me hacen vivir un poquito más. Segundos reposando sobre el tiempo y un mundo parado que no deja de dar vueltas sobre mí, y dejo el cuaderno en el suelo, me levanto y me siento viva una vez más. Y vuelven a aparecer mis imágenes, y vuelvo a ver mi vida por dentro, a sentir los recuerdos anudados en mi piel, y apareces tú, y ella, y él, y ellos claro, aparece el café de por las mañanas, aquél viaje, aquella despedida, aquel reencuentro, aquel otro.. Y aquella pieza de música que causó estragos en mi biografía sentimental. Y de nuevo, aparecen los buenos días, mi equilibrio y tu sonrisa. Y camino pausadamente por la calle de mi vida, me vuelvo adicta al tacto de mis recuerdos, y sonrío, por aquellos que no están, por los que estuvieron, por los que no volverán, por lo que nunca se irán, por los que fueron fugaces y por los que siempre estuvieron aquí. Llueve , y queda cubierto el aforo máximo de bienestar en mi vida